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Actividad física, peso y cáncer de próstata: cómo mejorar tu salud durante y después del tratamiento

  • Foto del escritor: Doctor Juan Carlos Galvis
    Doctor Juan Carlos Galvis
  • 7 ago
  • 3 Min. de lectura

Mantenerse activo y conservar un peso saludable puede marcar una gran diferencia en la calidad de vida de los hombres con cáncer de próstata. Además de ayudar a sobrellevar mejor el tratamiento, estos hábitos reducen el riesgo de otras enfermedades y contribuyen a una recuperación más rápida.


Peso y cáncer de próstata


El sobrepeso y la obesidad son la segunda causa prevenible de cáncer más importante después del tabaquismo. Diversos estudios han demostrado que el exceso de peso aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de próstata metastásico, es decir, cuando la enfermedad se extiende a otras partes del cuerpo.

Mantener un peso saludable no solo mejora el bienestar general, sino que también reduce la probabilidad de problemas cardíacos y otras complicaciones. En caso de estar bajo de peso y tener dificultades para aumentarlo, es recomendable buscar asesoría médica o nutricional personalizada.



Cómo mantener un peso saludable

  • Alimentación equilibrada: priorizar frutas, verduras, proteínas magras, cereales integrales y grasas saludables.

  • Actividad física regular: incorporar movimiento de forma diaria o semanal.

  • Objetivos realistas: para algunos hombres, la meta puede ser perder cierta cantidad de peso y no necesariamente alcanzar un “peso ideal”.

Incluso una pérdida moderada de peso puede traer beneficios significativos para la salud y el estado de ánimo.


La importancia de la actividad física

Adulto mayor con cáncer de prostata realizando actividad físcia

Hacer ejercicio de manera regular es seguro para la mayoría de las personas con cáncer de próstata, tanto durante como después del tratamiento. De hecho, investigaciones han encontrado que los hombres con cáncer de próstata que se ejercitan viven más tiempo que aquellos que no lo hacen.



No es necesario realizar grandes cantidades de ejercicio para notar beneficios: incluso un poco de actividad moderada o intensa cada semana puede marcar la diferencia.


Ejemplos de actividad moderada

  • Caminar a paso rápido o trotar suave

  • Nadar

  • Andar en bicicleta

  • Jugar tenis

En la actividad moderada se siente una ligera falta de aire, el pulso se acelera y puede aparecer sudoración, pero se puede mantener una conversación.


Ejemplos de actividad vigorosa

  • Correr

  • Subir escaleras rápidamente

  • Deportes de alta intensidad

En este nivel, la respiración se vuelve más agitada y hablar resulta difícil.


Recomendaciones generales

Según las guías internacionales, los adultos deberían realizar al menos:

  • 150 minutos de actividad moderada a la semana, o

  • 75 minutos de actividad vigorosa por semana, o

  • Una combinación de ambas.

Además, se aconseja incluir ejercicios de fortalecimiento muscular al menos dos días a la semana, como cargar peso, entrenar en el gimnasio o practicar yoga.


Cómo empezar de forma segura

Antes de iniciar cualquier rutina, es importante consultar con el médico o fisioterapeuta, especialmente si:

  • Hace poco que finalizó el tratamiento

  • Hay otras condiciones médicas presentes

  • Existe cáncer que afecta los huesos


Si no has sido físicamente activo, comienza de forma gradual y aumenta el tiempo o la intensidad progresivamente.


No es obligatorio ir a un gimnasio: muchas actividades se pueden integrar en la rutina diaria, como subir escaleras, caminar al trabajo, hacer tareas domésticas o bajarse una parada antes del transporte público.



Consejos prácticos para mantenerse activo

  • Levántate y muévete cada hora si trabajas sentado

  • Haz caminatas cortas de 10 minutos varias veces al día

  • Únete a un grupo de caminata o ejercicio

  • Realiza actividades con amigos o familiares para mantener la motivación

  • Combina actividades aeróbicas con ejercicios de fuerza y flexibilidad


Precauciones en casos especiales

Si el cáncer afecta los huesos, es necesario evitar impactos excesivos para prevenir fracturas. En estos casos, el ejercicio acuático es una excelente opción, ya que el agua reduce la carga sobre las articulaciones y huesos.


Apoyo y recursos disponibles

En algunas regiones existen programas de derivación a ejercicio o entrenadores especializados en pacientes oncológicos. Estos profesionales pueden orientar en:

  • Planificación de dieta saludable

  • Programas de pérdida de peso

  • Bienestar psicológico


Pregunta a tu médico o equipo de salud sobre los recursos disponibles en tu zona. Si deseas puedes contactar al Doctor Galvis, especialista en Cáncer de Próstata para agendar una cita.


Recuerda que adoptar hábitos saludables, como mantener un peso adecuado y realizar actividad física de forma regular, puede ayudar a los hombres con cáncer de próstata a mejorar su calidad de vida, reducir efectos secundarios del tratamiento y posiblemente aumentar su esperanza de vida. La clave es adaptar el ejercicio a las necesidades y condiciones de cada persona, siempre con supervisión médica.



 
 
 

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